Este es el segundo ingrediente de la tarta de mi hermana
Rocío, la tarta Horas Propicias, ya lo he dicho!!! y la publicaré en la siguiente entrada.....que intriga no???
Se trata de un helado de vainilla también del blog
DeNIKAtessen como la anterior receta de la
salsa de caramelo.
Es muy facil, sobre todo para los que no tenemos heladeras, porque no es nada trabajoso y queda super-cremoso sin necesidad de remover de vez en cuando una vez entra en el congelador.
No lleva huevo como la mayoría de helados de vainilla y admite variaciones.
INGREDIENTES:
- 400 gr de leche condensada
- 1 cucharada de extracto o pasta de vainilla
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480 ml de nata para montar (35% m.g.)
Primero metemos unos 10-15 minutos la nata en el congelador para que a la hora de montarla sea más fácil.
En un bol mezclamos la leche condensada con la cucharada de vainilla y reservamos.
En otro recipiente montamos la nata bien fría con las varillas hasta que esté firme.
A continuación, incorporamos la mezcla de leche condensada a la nata y batimos sólo un poco más, hasta que se vea una mezcla homogénea (con cuidado de no sobrebatir la nata y se haga mantequilla).
Echaremos la mezcla en un recipiente con tapa para meterlo en el congelador y le pondremos un poco de film transparente en contacto con la superficie del helado.
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Siiiiiiii, es la salsa de caramelo =P |
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Aunque no hemos vuelto a la normalidad, os cuento como es nuestro proceso del control de esfínter con
MARCOS.
Empezamos exactamente hace dos semanas, justo a mediados de Julio.
En
un principio, se trata de ponerle en el inodoro de vez en cuando para
que se acostumbre y no le sea extraño el sitio, mirar el pañal y apuntar
si está mojado o no. Le enseñamos un picto del inodoro (en papel o en
el Ipad) y le llevo su mano a que se toque el pañal antes de entrar al
baño, con el fin de que consiga pedirlo algún día.
Los primeros
días era muy sorprendente ver que tardaba mucho de una micción a otra;
podía estar sin mojar el pañal hasta 4 horas, y bebiendo bastante por el
calor; eso era buena señal, porque al menos no lo hacía constantemente y
era más fácil de controlar, aunque de eso ya nos habíamos dado cuenta
antes pero no sabíamos el tiempo que podía aguantar.
En la primera
semana hizo alguna que otra vez el pipí en el inodoro, y con cada una,
una fiesta de alagos, aplausos y un premio de refuerzo (unos arándanos
secos o cacahuetes, todo lo que sean frutos secos a
MARCOS
le chiflan). Mucha paciencia, y hacerle el rato más agradable ha sido
mi estrategia; me sentaba en el suelo a su lado y le cantaba, le abría
el grifo, todo lo que se me ocurría!
Luego he leído que no debe de
haber más de un acompañante en el baño y no hay que distraerle
demasiado, pero no me fue mal del todo.
En la segunda semana,
coincidiendo con que estaba malito, el descontrol del sueño y la
irritabilidad que tenía, apenas le puse unas cuantas veces (cosa poco
recomendable pero en ese momento inevitable....:(
Pero lo más
sorprendente de todo, es que en la tercera semana de repente, se dio cuenta de que lo que tiene que hacer
cada vez que le siento, hace fuerza, aprieta y....... sale pipí todas
las veces!!!!!!! También es verdad que entre una vez y otra, a veces
tiene mojado el pañal, y que ahora aguanta menos, por lo menos de
momento, pero es genial su avance en pocos días.
Nuestro siguiente paso, es llevarle al baño cada hora o cada dos horas para que haga el pipí siempre en el inodoro.
MARCOS eres un campeón!!!!