Receta del libro de Alma O. Objetivo: Cheesecake prefecto.
Para un molde alto, de 20 cm y desmoldable.
INGREDIENTES:
- 300 gr de chocolate blanco
- 250 gr de queso Philadelphia (a temperatura ambiente)
- 6 huevos (también a temperatura ambiente)
Precalentamos el horno a 180º.
Fundimos el chocolate troceado dentro de un bol en el microondas en tandas de 30 segundos, removiendo entre medias para evitar que se queme. Cuando esté fundido, añadimos el queso al chocolate y removemos bien hasta que se incorpore por completo (por eso es importante que esté a temperatura ambiente). Ahora añadimos las yemas y reservamos la mezcla.
Montamos las claras a punto de nieve hasta obtener un merengue firme. Las incorporamos en tres veces a la mezcla reservada, con delicadeza y movimientos envolventes, evitando que se bajen las claras. Pasamos la masa al molde reservado y preparado con anterioridad.
Ponemos el molde dentro de una fuente de horno, y la rellenamos con agua hasta que llegue a la mitad de las paredes del molde. Horneamos unos 40-50 minutos o hasta que la superficie haya cuajado y se vea cocida aunque un poco temblorosa. Apagamos del horno y dejamos la tarta dentro unos 20 minutos más.
Sacamos con cuidado la tarta del horno y del baño maría y dejamos enfriar a temperatura ambiente. Una vez fría, trasladamos el molde a la nevera durante al menos 4 horas antes de desmoldar y de servir.
Podemos decorar con una plantilla o blonda y azúcar glasé.
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Desde que cumplió los 9 años, parece que todo el trabajo realizado con MARCOS va dando sus frutos. Para nosotros está siendo un año clave.
Su estabilidad al andar ha mejorado considerablemente, cada vez aguanta más y mejor. El control de esfínter lo lleva(-mos) muy bien, también hay una notable mejoría con respecto a sus peticiones, pero hay algo que me hace especial ilusión y es verle comer sólo.
De pequeño, y durante mucho tiempo, uno de los grandes estímulos para esforzarse o conseguir algo fue la comida, pero poco a poco ese interés-recompensa se fue disipando, cosa que nos resultó un inconveniente porque había que adivinar qué otra cosa le interesaba, lo cual cambiaba de momento y parecer muy frecuentemente. También ha tenido temporadas largas de comer muy mal, sobre todo en las épocas de calor. Pero eso de repente ha cambiado. Ahora, ha cogido habilidad con la cuchara y es capaz de comerse los yogures y natillas sin ayuda, e incluso el puré! Es verdad que se le cae un poco y que hace mucho el tonto con la cuchara pero es su manera de explorar y ver qué cosas puede o no puede hacer. Se ha dado cuenta de lo que ha aprendido y se le ve entusiasmado y orgulloso de lo que hace. Nos queda aprender a pinchar con el tenedor..... lo conseguirá :)
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